Seguidores

viernes, 21 de septiembre de 2018

Erik Kessels

Exposición de Erik Kessels
"A través de la digitalización de la fotografía y el crecimiento de se sitios como Flickr o Facebook, todo el mundo ahora saca fotografías y las distribuye compartiéndolas con el resto del mundo. Como resultado, tenemos una incontable cantidad de fotos a nuestra disposición", señala Kessels.
Al imprimir las imágenes, el artista señaló que visualizó "sumergirse en fotografías de la experiencia ajena".
"En su contenido se mezcla lo público y lo privado con cosas altamente personales siendo exhibidas abiertamente sin ninguna timidez".

miércoles, 18 de julio de 2018

BATALLA DE CURUPAYTÍ - 22 de septiembre de 1866. Candido Lopez

El 22 de septiembre de 1866, Bartolomé Mitre, general en jefe de la Triple Alianza, ordenó el asalto a la formidable posición fortificada enemiga de Curupaytí con 9.000 soldados argentinos y 8.000 brasileños, la flor y nata del ejército, el apoyo del cañoneo de la escuadra imperial y la cooperación de las fuerzas orientales de Venancio Flores. De toda la guerra del Paraguay ésta es la primera batalla planeada por Mitre y también la primera (y única) dirigida directamente por él. Necesitado de un triunfo para levantar su alicaído prestigio militar (prestigio imaginativo y literario) Mitre decidió tomar Curupayty, pero una vez más demostraría su impericia militar.

Estudioso de las “estrategias europeas”, Mitre decidió entonces una estrategia inobjetable (según su punto de vista): un ataque frontal a bayoneta con los 17.000 hombres, y luego simular una retirada para que el enemigo salga en persecución, para más tarde dar media vuelta y batirlos fuera de la fortaleza. Lo que no tuvo en cuenta Mitre, era, en primer lugar, el terreno fangoso tras tres días de lluvia que separaba su posición del enemigo, y en segundo lugar, que los paraguayos se manejaban por instinto (o talvez hayan leído los mismos libros de estrategia), porque en vez de salir a perseguir a los atacantes, se quedaron mirando como estos desandaban el pantano con gran esfuerzo. 

El ejército de Mitre tuvo que recorrer por tercera vez el pantano lleno de cadáveres de su propio ejercito, para desalojar la “fortificación”, lo que terminó en una tragedia: murieron 10.000 argentinos y brasileros y 92 paraguayos.
Curupaytí
El pintor argentino Cándido López (1840-1902), enrolado como teniente  durante la Guerra del Paraguay, realizó durante la contienda numerosos apuntes gráficos de paisajes, escenas de batallas, desembarcos de tropas y la vida en los campamentos de los soldados. Este material le sirvió, treinta años más tarde, para producir su obra pictórica, dejando así un testimonio detallado de los acontecimientos más sobresalientes de este enfrentamiento bélico.
La imagen, para Cándido López, poseía un especial valor documental. Su obra debe ser entendida a partir de la voluntad de dejar testimonio de la "verdad histórica".



FUENTES:
http://www.lagazeta.com.ar/curupayty.htm
http://findelmundo.com.ar/belengache/lopez.htm
https://www.sannicolas.gov.ar/index.php?b=cultura&pagina=20_1865_guerra_de_triple_alianza_primer_batallon_de_guardias_nacionales_san_nicolas&bb=opcion2

Marcelo Pogolotti

Miembro de la primera generación de pintores cubanos. A pesar del poco tiempo de su vida que pudo dedicar a la creación pictórica, su obra tiene un alto significado en el patrimonio de la plástica cubana. 
El óleo Paisaje cubano de 1933 constituye un significativo exponente de las condiciones sociales de la época. Otros cuadros de gran relevancia son El AlbaEl Muelle y La Zafra. Padre de la prestigiosa ensayista y destacada intelectual cubana Graziella Pogolotti .
Resultado de imagen para marcelo pogolotti pintor cubano


Obra

Integran la obra de Pogolotti: María del Carmen Quirós de Piedara, La Catedral de La Habana, Agua Marina, Torbellino, Sonia, Los campos magnéticos, Paisaje, Panorama cubano en 1933, Marina, Cortometraje, Joven intelectual, Evocación, Grupo, Alba, Banco industrial.[1]
Archivo:El capitalismo.jpg
Su obra pictórica se sumerge en la temática del obrero y aún cuando no sea el obrero de su país y muestre otro ambiente frío, hombres con abrigos, solitarios, aislados, por caminos sombríos entre fábricas, árboles despoblados de follaje, o como en su obra Encuentro entre dos épocas donde el edificio aparece coloreado con los colores de la bandera norteamericana, como señal de propiedad de dicha fábrica, refleja la soledad del que anda los caminos inciertos en busca de trabajo para subsistir. Para este artista que convivió allí, debió ser una vivencia cotidiana, ya que en varias de estas obras reitera la frialdad, el vacío, el hombre solo en medio de un paisaje donde nada ni nadie lo apoya.

Con la misma “magnífica ironía” que Dios le dio los libros y la noche a Borges, dejó ciego a Marcelo Pogolotti a los 36 años de edad.
El llamado “pintor social” de la vanguardia histórica cubana llegó a la cúspide de su carrera en 1937, y para 1938 había perdido del todo la visión. Así, su paso por las artes plásticas fue efímero, pero lo suficientemente vasto como para convertirlo en un reconocido artista fuera de su país natal.
Después de formarse académicamente entre La Habana, Turín y Nueva York, Pogolotti fue una suerte de hombre orquesta: delineante arquitectónico, vendedor de bombas de agua y empleado de la Compañía Cubana de Electricidad, de una importadora de medias y corbatas, y una firma de corredores.
Exposición Marcelo Pogolotti: Vanguardia, Ideología y Sociedad. Foto: Claudio Pelaez Sordo.
FUENTES:

martes, 13 de febrero de 2018

Alfredo Guttero - La Anunciación

Artista argentino nacido a fines del siglo XIX no pudo ser ajeno al movimiento del Modernismo que se desarrolló hasta la primera década del siglo siguiente. Esa conjunción entre técnica y arte que se correspondió temporalmente en distintos países de Europa y en los Estados Unidos y que tuvo no obstante muchos acercamientos y puntos de contacto en relación con el estilo, -si bien sus posturas fueron divergentes-, constituyendo en su conjunto el movimiento que se ha dado en llamar Modernismo.

Anunciación

En 1932, la donación realizada por Guttero de la Anunciación al Museo, implicaba forzar su propia entrada con una obra consagrada internacionalmente, pero que, además, era la expresión de una modernidad plástica que poseía fuerte carga simbólica y contaba con un valor programático manifiesto imposible de ser ignorado.
FUENTES: